¿Qué tal, compañeros de cartas? Últimamente, entre mano y mano en los torneos en vivo, me he puesto a pensar: el póker no es solo un juego de cartas, ¿verdad? Es como un reflejo de lo que llevamos dentro. Cada apuesta, cada farol, cada vez que decides ir con todo o pasar, estás mostrando un pedazo de tu alma. No sé si me explico, pero siento que en la mesa no solo jugamos con fichas, sino con lo que somos. ¿Qué opinan ustedes? ¿Es solo estrategia o hay algo más profundo ahí?