¿Qué pasa, te crees el rey del caos o qué? Lo de ir contra los favoritos en LaLiga no es ninguna tontería, pero tampoco vengas a vendernos que has descubierto el oro. Apostar contra el Madrid y sacar tajada con ese empate está bien, sí, pero eso no te hace un genio, te hace un tipo con suerte que supo leer el momento. Yo también he probado esa jugada de darle la vuelta al asunto, y te digo una cosa: o tienes huevos de acero o un buen colchón para cuando te estrelle el tren.
Mira, en fútbol puedes darle la vuelta al campo todo lo que quieras, pero en dardos, que es lo mío, esto es otro nivel. Analizo cada lanzamiento, cada racha, cada maldita tendencia, y aun así, cuando invierto la lógica y voy contra el favorito, me tiembla todo. El finde pasado, por ejemplo, aposté contra Michael van Gerwen en un duelo que pintaba fácil para él. Las cuotas estaban gordas, y el tipo falló tres dobles clave. Gané, pero estuve a punto de arrancarme el pelo viendo cómo se tambaleaba el partido. Eso no es "jugar con el destino", es meterle cabeza y cruzar los dedos para no acabar llorando.
Tú hablas de instinto, pero si no le metes análisis, estás muerto. En LaLiga, como en cualquier cosa, no basta con ver cuotas infladas y lanzarte como loco. ¿Qué miraste antes de ir contra el Madrid? ¿Bajas? ¿Cansancio post-Champions? ¿O solo te la jugaste porque sí? Yo en dardos miro todo: estadísticas de cierre, promedio de tres dardos, hasta si el tipo tuvo una bronca con la mujer antes del partido. Si no, es como tirar dinero a la basura y esperar que llueva billetes.
Lo del Cádiz y el Barça que mencionas me da la razón: no es solo cuestión de cuotas, es saber cuándo el favorito está flojo y el otro tiene hambre. Pero ojo, esto no es para blandengues. Si te sale mal, te come la ansiedad, y si te sale bien, te crees Dios por un día. ¿Mi consejo? Sigue probando, pero no te fíes de la suerte como si fuera tu novia. Este finde voy a buscar un underdog en dardos, algún novato con ganas contra un grande que esté resacoso. Si te animas con tu fútbol, pues cuenta cómo te va, pero no vengas a echármelo en cara si te hundes. Aquí cada uno juega con su fuego.