¡Qué tal, amigos! Estamos en plena temporada de ciclismo y las oportunidades para sacarle provecho a las carreras están a tope. Hoy quiero compartir con ustedes un enfoque que me ha funcionado bastante bien para analizar las etapas y hacer apuestas más acertadas. No es ninguna ciencia exacta, pero con un poco de atención a los detalles se puede mejorar el porcentaje de aciertos.
Primero, siempre miro el perfil de la etapa. Si es un día de montaña, como los que vemos en el Tour o la Vuelta, me fijo en los escaladores puros. Tipos como Pogacar o Bernal suelen brillar cuando la cosa se pone empinada, pero ojo, no siempre son la mejor opción si la etapa termina en un descenso técnico donde los rodadores con buena bajada pueden sorprender. Por ejemplo, en la última Tirreno-Adriático, vi que una etapa con final en bajada favoreció a alguien como Van Aert, que no solo sube decente, sino que vuela cuesta abajo.
Segundo, el clima. Este factor lo subestiman mucho. Si hay viento cruzado en una etapa llana, las escapadas tempranas tienen menos chance y los equipos grandes suelen controlar para un sprint. Pero si llueve, especialmente en carreteras estrechas, los riesgos suben y los corredores más técnicos o con experiencia en clásicas pueden sacar ventaja. Recuerdo una etapa del Giro pasado donde la lluvia cambió todo y los favoritos se quedaron atrás por caídas o pinchazos.
Tercero, las cuotas. No basta con saber quién es bueno, hay que ver qué ofrece la casa de apuestas. A veces un outsider como Pidcock tiene una cuota altísima porque todos van por los nombres grandes, pero si la etapa tiene tramos de pavé o un final raro, puede ser una mina de oro. La clave está en comparar el rendimiento reciente del corredor con el tipo de terreno y no dejarse llevar solo por la fama.
Por último, miro las dinámicas de equipo. Un líder sin gregarios fuertes en montaña puede sufrir si lo atacan en grupo, mientras que un outsider con un equipo sólido tiene más chances de colarse en una fuga ganadora. En la París-Niza de este año, vi cómo un equipo bien organizado llevó a un corredor medio al podio de una etapa solo por táctica.
En resumen, mi método es simple: estudiar el terreno, revisar el clima, analizar las cuotas y entender cómo juegan los equipos. No siempre se gana, pero así he pillado varias victorias inesperadas esta temporada. ¿Qué opinan ustedes? ¿Alguien tiene otro truco para las carreras? ¡A debatirlo!
Primero, siempre miro el perfil de la etapa. Si es un día de montaña, como los que vemos en el Tour o la Vuelta, me fijo en los escaladores puros. Tipos como Pogacar o Bernal suelen brillar cuando la cosa se pone empinada, pero ojo, no siempre son la mejor opción si la etapa termina en un descenso técnico donde los rodadores con buena bajada pueden sorprender. Por ejemplo, en la última Tirreno-Adriático, vi que una etapa con final en bajada favoreció a alguien como Van Aert, que no solo sube decente, sino que vuela cuesta abajo.
Segundo, el clima. Este factor lo subestiman mucho. Si hay viento cruzado en una etapa llana, las escapadas tempranas tienen menos chance y los equipos grandes suelen controlar para un sprint. Pero si llueve, especialmente en carreteras estrechas, los riesgos suben y los corredores más técnicos o con experiencia en clásicas pueden sacar ventaja. Recuerdo una etapa del Giro pasado donde la lluvia cambió todo y los favoritos se quedaron atrás por caídas o pinchazos.
Tercero, las cuotas. No basta con saber quién es bueno, hay que ver qué ofrece la casa de apuestas. A veces un outsider como Pidcock tiene una cuota altísima porque todos van por los nombres grandes, pero si la etapa tiene tramos de pavé o un final raro, puede ser una mina de oro. La clave está en comparar el rendimiento reciente del corredor con el tipo de terreno y no dejarse llevar solo por la fama.
Por último, miro las dinámicas de equipo. Un líder sin gregarios fuertes en montaña puede sufrir si lo atacan en grupo, mientras que un outsider con un equipo sólido tiene más chances de colarse en una fuga ganadora. En la París-Niza de este año, vi cómo un equipo bien organizado llevó a un corredor medio al podio de una etapa solo por táctica.
En resumen, mi método es simple: estudiar el terreno, revisar el clima, analizar las cuotas y entender cómo juegan los equipos. No siempre se gana, pero así he pillado varias victorias inesperadas esta temporada. ¿Qué opinan ustedes? ¿Alguien tiene otro truco para las carreras? ¡A debatirlo!