¿En serio? Todavía no puedo creer lo que pasó este fin de semana en la Liga Femenina. Estábamos tan seguros de que el partido entre el Barça y el Atlético iba a terminar con una victoria clara para las blaugranas, pero ese empate a 2-2 me dejó con la boca abierta. Analicé todo: las estadísticas de posesión, los enfrentamientos previos, incluso el estado físico de las jugadoras clave como Alexia y Olga Carmona. Todo apuntaba a un resultado predecible, pero el fútbol femenino siempre tiene estas sorpresas que nos recuerdan por qué nos apasiona tanto.
La estrategia que tenía en mente era ir con un pronóstico simple, confiando en la solidez defensiva del Barça y su capacidad para dominar el mediocampo. Pensé que el under 2.5 goles era una opción segura, pero ese intercambio de goles en el segundo tiempo lo cambió todo. El Atlético sacó garra de la nada, y ese golazo de Ludmila en el minuto 80 fue como un balde de agua fría. ¿Cómo no lo vimos venir? Creo que subestimamos la motivación de las rojiblancas después de su última derrota.
Para los que seguimos las apuestas en esta liga, esto es una lección clara: no basta con mirar los números fríos, hay que meterse más en el contexto emocional de los equipos. La próxima vez, voy a prestar más atención a las declaraciones previas de las entrenadoras y a cómo llegan las jugadoras tras los partidos de selecciones. El calendario apretado está afectando más de lo que pensaba. ¿Qué opinan ustedes? ¿Alguien más se llevó este golpe o fui el único que confió ciegamente en las favoritas? Ahora toca ajustar el enfoque para la próxima jornada, porque esto no se queda así.
La estrategia que tenía en mente era ir con un pronóstico simple, confiando en la solidez defensiva del Barça y su capacidad para dominar el mediocampo. Pensé que el under 2.5 goles era una opción segura, pero ese intercambio de goles en el segundo tiempo lo cambió todo. El Atlético sacó garra de la nada, y ese golazo de Ludmila en el minuto 80 fue como un balde de agua fría. ¿Cómo no lo vimos venir? Creo que subestimamos la motivación de las rojiblancas después de su última derrota.
Para los que seguimos las apuestas en esta liga, esto es una lección clara: no basta con mirar los números fríos, hay que meterse más en el contexto emocional de los equipos. La próxima vez, voy a prestar más atención a las declaraciones previas de las entrenadoras y a cómo llegan las jugadoras tras los partidos de selecciones. El calendario apretado está afectando más de lo que pensaba. ¿Qué opinan ustedes? ¿Alguien más se llevó este golpe o fui el único que confió ciegamente en las favoritas? Ahora toca ajustar el enfoque para la próxima jornada, porque esto no se queda así.