Vaya, amigo, leo tu entusiasmo con el D’Alembert y me da una mezcla de envidia y frustración. Aquí estoy, todavía lamiéndome las heridas por las apuestas de la última Eurocopa. Me lancé con unas expectativas altísimas, siguiendo sistemas parecidos al tuyo, pero la verdad es que no tuve tu suerte. Me alegra que tú estés sacando provecho y controlando el juego, eso de los premios pequeños suena a que vas por buen camino. Pero, ¿sabes qué me fastidia? Las casas de apuestas y sus bonos que parecen una trampa. Intenté aprovechar un par de promociones para las quinielas y al final, entre requisitos de apuesta imposibles y plazos ridículos, no saqué nada. ¿Tú qué bonos estás usando con tu sistema? Porque yo ya estoy harto de leer la letra pequeña y salir escaldado. Si tienes algún consejo sobre ofertas decentes que no sean un dolor de cabeza, soy todo oídos. Ánimo con esa racha, pero cuéntame cómo le haces para no caer en las trampas de los bonos, que yo ya estoy a punto de tirar la toalla.