¡Vaya, qué emoción tenemos sobre hielo! El Stanley Cup está en su recta final y las apuestas están que arden. Si están pensando en meterle unos pesos a los partidos, aquí les dejo unas ideas locas que podrían funcionar, porque en el hielo todo puede pasar.
Primero, ojo con los underdogs. En los playoffs siempre hay un equipo que nadie espera y de repente te planta una sorpresa. Este año, fíjense en los números de goles en contra de los favoritos. Si ves que un equipo grande anda flojo en defensa últimamente, apuesta al rival con un hándicap positivo. Puede sonar arriesgado, pero las cuotas suelen ser jugosas y en una serie al mejor de siete, los "pequeños" siempre tienen su momento.
Otra que me encanta: los goles en el primer periodo. Los equipos salen con todo en estos partidos, especialmente en casa. Si el juego pinta cerrado, vayan por el over 1.5 en los primeros 20 minutos. Las estadísticas dicen que en finales el nervio hace que los porteros se tambaleen temprano. Si no pasa, pues a esperar el próximo juego, que esto es un maratón.
Y no se olviden de los porteros. Revisen cómo vienen parando los últimos tiros. Hay unos que llegan al Stanley Cup en modo muro, pero otros están más colados que red de pesca vieja. Si el arquero titular del equipo favorito anda con un porcentaje de atajadas por debajo del 90% en los últimos tres juegos, yo me la jugaría por el over de goles totales. Es como tirar los dados, pero con un poco de ciencia detrás.
Por último, las apuestas en vivo son oro puro en el hockey. Si ven que un equipo empieza dominando pero no la mete, esperen a que las cuotas se muevan y métanle al empate o al gol del otro lado. El Stanley Cup es un caos hermoso y las remontadas están a la orden del día.
Así que, a sacar los lápices, mirar los enfrentamientos y apostar con ganas. Esto no es bingo, pero la suerte siempre ayuda un poco en el hielo. ¿Qué estrategias tienen ustedes para estos partidazos? ¡A compartir, que aquí todos ganamos si le atinamos!
Primero, ojo con los underdogs. En los playoffs siempre hay un equipo que nadie espera y de repente te planta una sorpresa. Este año, fíjense en los números de goles en contra de los favoritos. Si ves que un equipo grande anda flojo en defensa últimamente, apuesta al rival con un hándicap positivo. Puede sonar arriesgado, pero las cuotas suelen ser jugosas y en una serie al mejor de siete, los "pequeños" siempre tienen su momento.
Otra que me encanta: los goles en el primer periodo. Los equipos salen con todo en estos partidos, especialmente en casa. Si el juego pinta cerrado, vayan por el over 1.5 en los primeros 20 minutos. Las estadísticas dicen que en finales el nervio hace que los porteros se tambaleen temprano. Si no pasa, pues a esperar el próximo juego, que esto es un maratón.
Y no se olviden de los porteros. Revisen cómo vienen parando los últimos tiros. Hay unos que llegan al Stanley Cup en modo muro, pero otros están más colados que red de pesca vieja. Si el arquero titular del equipo favorito anda con un porcentaje de atajadas por debajo del 90% en los últimos tres juegos, yo me la jugaría por el over de goles totales. Es como tirar los dados, pero con un poco de ciencia detrás.
Por último, las apuestas en vivo son oro puro en el hockey. Si ven que un equipo empieza dominando pero no la mete, esperen a que las cuotas se muevan y métanle al empate o al gol del otro lado. El Stanley Cup es un caos hermoso y las remontadas están a la orden del día.
Así que, a sacar los lápices, mirar los enfrentamientos y apostar con ganas. Esto no es bingo, pero la suerte siempre ayuda un poco en el hielo. ¿Qué estrategias tienen ustedes para estos partidazos? ¡A compartir, que aquí todos ganamos si le atinamos!