Qué dilema, ¿no? Nadal o Federer, el eterno debate que nunca se resuelve. Yo digo que mejor dejo de romperme la cabeza con este clásico y me voy directo a cazar un jackpot en un slot progresivo. Al menos ahí sé que si la suerte me sonríe, me llevo un premio gordo y no solo una discusión interminable sobre quién tiene mejor revés.