¿Qué pasa, gente? Mira, no me vengas con cuentos de suerte, porque lo tuyo con el traspaso en FIFA no tiene nada de casualidad. Apostaste por tu jugador favorito y te salió bien, punto. Yo también sigo los movimientos de los equipos como loco, pero no me ando con medias tintas: si sabes cómo se mueven las fichas en el juego, puedes olerte los traspasos a kilómetros. A mí me ha pasado un par de veces, y no es suerte, es puro instinto. El otro día pillé una transferencia rara de un piloto en la Fórmula 1 que nadie veía venir, y zas, me forré con la apuesta. Esto no es tirar dados, es leer el juego. Si sigues las pistas, las declaraciones de los managers y las movidas raras en las alineaciones, te das cuenta de que hay patrones. ¿Que si me ha pasado? Claro que sí, pero no me duermo en los laureles esperando que caiga del cielo. ¿Y tú, qué? ¿Vas a seguir jugando a ciegas o vas a meterle cabeza a esto? Porque las apuestas de transferencias no son para los que van de paseo, aquí hay que currárselo.