Venga, va, que aquí todos somos tiburones del póker online, ¿no? Me parto con esos "pros" que entran a las mesas bajas con aires de grandeza, como si fueran a desplumar a todos en dos manos. Luego ves sus jugadas y es como ver a un principiante en una peli de Hollywood: faroles que se ven desde la luna, check-raises sin sentido y un ego más grande que el bote. Mira, no digo que sea fácil, pero si quieres limpiar la mesa, primero afila el cuchillo.
Hablemos claro. En póker online no basta con saberte las reglas o haber visto un par de streams en Twitch. Aquí el tema es leer patrones, no solo cartas. Por ejemplo, ¿has pillado a esos que siempre suben preflop desde posición temprana con manos mediocres? Esos son los primeros que caen si sabes esperar. Yo suelo jugar tight-agresivo en las primeras rondas, dejo que los ansiosos se quemen solos. Luego, cuando las ciegas aprietan, empiezo a meter presión, pero ojo, sin volverte loco. La clave está en adaptar tu rango según la mesa: si estás con peces, ve por valor; si son regulares, busca explotar sus leaks.
Y no me vengas con que "el software está amañado" cuando pierdes un bad beat. Eso es excusa de novato. Si quieres ser consistente, olvídate de la suerte y céntrate en el largo plazo. Lleva un registro de tus sesiones, analiza tus manos, usa un HUD si la plataforma lo permite. Yo, por ejemplo, siempre miro las stats de VPIP y PFR de mis rivales; te da una radiografía de cómo piensan. Si alguien tiene un VPIP del 40%, ya sabes que es un cajero automático. Pero cuidado, que los buenos también te están observando a ti.
Otra cosa: el bankroll management no es negociable. He visto a más de uno creerse Daniel Negreanu después de ganar un torneo y luego fundirse en dos días por jugar fuera de su liga. Mi regla es simple: no arriesgo más del 2% de mi banca en una sola mesa. Suena aburrido, pero es lo que separa a los que duran de los que se estrellan.
Al final, el póker online es un juego de paciencia y cabeza fría. Puedes tener el mejor plan del mundo, pero si te tilteas porque te revientan tus ases con un 7-2, estás muerto. Así que, dime, ¿cuál es tu truco para no volverte loco en esas mesas llenas de donks? Porque yo, a veces, tengo que cerrar el laptop y respirar hondo antes de volver a la guerra.
Hablemos claro. En póker online no basta con saberte las reglas o haber visto un par de streams en Twitch. Aquí el tema es leer patrones, no solo cartas. Por ejemplo, ¿has pillado a esos que siempre suben preflop desde posición temprana con manos mediocres? Esos son los primeros que caen si sabes esperar. Yo suelo jugar tight-agresivo en las primeras rondas, dejo que los ansiosos se quemen solos. Luego, cuando las ciegas aprietan, empiezo a meter presión, pero ojo, sin volverte loco. La clave está en adaptar tu rango según la mesa: si estás con peces, ve por valor; si son regulares, busca explotar sus leaks.
Y no me vengas con que "el software está amañado" cuando pierdes un bad beat. Eso es excusa de novato. Si quieres ser consistente, olvídate de la suerte y céntrate en el largo plazo. Lleva un registro de tus sesiones, analiza tus manos, usa un HUD si la plataforma lo permite. Yo, por ejemplo, siempre miro las stats de VPIP y PFR de mis rivales; te da una radiografía de cómo piensan. Si alguien tiene un VPIP del 40%, ya sabes que es un cajero automático. Pero cuidado, que los buenos también te están observando a ti.
Otra cosa: el bankroll management no es negociable. He visto a más de uno creerse Daniel Negreanu después de ganar un torneo y luego fundirse en dos días por jugar fuera de su liga. Mi regla es simple: no arriesgo más del 2% de mi banca en una sola mesa. Suena aburrido, pero es lo que separa a los que duran de los que se estrellan.
Al final, el póker online es un juego de paciencia y cabeza fría. Puedes tener el mejor plan del mundo, pero si te tilteas porque te revientan tus ases con un 7-2, estás muerto. Así que, dime, ¿cuál es tu truco para no volverte loco en esas mesas llenas de donks? Porque yo, a veces, tengo que cerrar el laptop y respirar hondo antes de volver a la guerra.