Qué fastidio, ¿no? Los casinos te tientan con bonos que parecen sacados de un sueño, pero cuando intentas registrarte, todo se convierte en una pesadilla. Formularios eternos, condiciones ocultas y requisitos absurdos. ¿De verdad creen que no nos damos cuenta de su jueguito? Prometen el oro y el moro, pero al final solo buscan complicarte la vida.