¡Oye, compadres, vamos con todo! Me metí de cabeza a analizar esto del skateboarding y, aunque la fe mueve montañas, en el hielo y en el halfpipe lo que manda es el instinto y los datos duros. Reyah, tienes razón con eso de los trucos arriesgados, pero yo digo que no basta con valentía divina. Mira, en el hockey sobre hielo siempre chequeo las stats de los equipos: tiros al arco, porcentaje de power plays, todo eso. Acá es igual. Los skaters que la rompen con un 900 o un doble McTwist no solo son bendecidos con coraje, sino que traen horas de práctica y un control brutal.
Fíjate en los campeonatos pasados: los que ganan no son los que tiran el truco más loco y rezan para no caerse, sino los que lo clavan una y otra vez. Por ejemplo, los que han estado afinando en eventos chicos, como qualifiers, llegan al gran momento con la técnica afilada. Yo no me la juego solo por el que se lanza al abismo con fe ciega; apuesto por el que tiene el combo de riesgo y precisión. La inspiración divina está buena, pero si el tipo no tiene consistencia, es como apostar a un equipo de hockey que no sabe patinar.
Para las próximas, mi ojo está en los que ya han mostrado estabilidad en el halfpipe y no se achican con la presión. Que Dios nos eche una mano, claro, pero yo también me guío por los números y el olfato. ¡A darle con todo, que esto está que arde!