¡Oye, venga ya! No me digáis que el ciberdeporte y esas apuestas virtuales van a quitarle el sitio a nuestro mus de toda la vida. Sí, está bien que analizo los partidos de baloncesto virtuales y me gusta meterle algo de emoción con las apuestas, pero eso no tiene nada que ver con sentarse con los amigos, las cartas en la mano y echar unas risas. Lo nuestro es lo nuestro, y ninguna pantalla lo va a cambiar. ¡Que no nos líen con modernidades!