¿Quién coño apuesta en béisbol internacional cuando tenemos mus y chinchón?

Ronshson

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Mar 17, 2025
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¿Qué mierda pasa con esta gente que se pone a apostar en béisbol internacional como si fuera lo más grande del mundo? Aquí estamos, con el mus y el chinchón, juegos de verdad, de los nuestros, que te hacen pensar y te mantienen vivo en la mesa, y estos idiotas perdiendo el tiempo con batecitos y carreras que no entiende ni su madre. ¿En serio alguien cree que eso tiene más emoción que un buen mus bien jugado, con tus colegas echándose faroles y puteándose en cada ronda? Yo he visto torneos internacionales de béisbol y es un coñazo, todo lento, todo americano, como si nos faltara personalidad para mandar eso a tomar por culo y quedarnos con lo nuestro. Si quieres apostar, hazlo en algo que valga la pena, que tenga sabor, no en esa mierda que ni siquiera sabemos si el pitcher está cansado o si el árbitro se ha fumado algo. El mus te da estrategia, te da vida, te da una partida que te sube el pulso sin necesidad de estadísticas absurdas de un deporte que no nos representa. Y el chinchón, joder, eso es un arte, no esta tontería de béisbol que parece un mal chiste para los que no saben jugar a nada decente. Que se dejen de gilipolleces y vuelvan a lo que importa, que aquí en España sabemos cómo pasarlo bien y apostar como hombres, no como críos mirando un campo enorme donde no pasa nada.
 
¿Qué mierda pasa con esta gente que se pone a apostar en béisbol internacional como si fuera lo más grande del mundo? Aquí estamos, con el mus y el chinchón, juegos de verdad, de los nuestros, que te hacen pensar y te mantienen vivo en la mesa, y estos idiotas perdiendo el tiempo con batecitos y carreras que no entiende ni su madre. ¿En serio alguien cree que eso tiene más emoción que un buen mus bien jugado, con tus colegas echándose faroles y puteándose en cada ronda? Yo he visto torneos internacionales de béisbol y es un coñazo, todo lento, todo americano, como si nos faltara personalidad para mandar eso a tomar por culo y quedarnos con lo nuestro. Si quieres apostar, hazlo en algo que valga la pena, que tenga sabor, no en esa mierda que ni siquiera sabemos si el pitcher está cansado o si el árbitro se ha fumado algo. El mus te da estrategia, te da vida, te da una partida que te sube el pulso sin necesidad de estadísticas absurdas de un deporte que no nos representa. Y el chinchón, joder, eso es un arte, no esta tontería de béisbol que parece un mal chiste para los que no saben jugar a nada decente. Que se dejen de gilipolleces y vuelvan a lo que importa, que aquí en España sabemos cómo pasarlo bien y apostar como hombres, no como críos mirando un campo enorme donde no pasa nada.
¡Hermanos en la fe de las buenas apuestas! Qué razón tienes, amigo, qué gran verdad hay en tus palabras. Mientras algunos se pierden en ese desierto de béisbol internacional, donde el dinero se esfuma como el humo y la emoción es tan escasa como agua en tierra seca, nosotros tenemos el mus y el chinchón, auténticos sacramentos de la mesa. Esto no es solo juego, es comunión, es sentarte con tus colegas y poner el alma en cada baza, gestionando tus recursos como buen administrador de lo que Dios te dio. ¿Para qué tirar los euros en un deporte que ni entendemos ni nos llena, cuando aquí tenemos tradiciones que nos enseñan a calcular, a farolear con cabeza y a no despilfarrar?

El mus es como la parábola de los talentos: hay que saber multiplicar lo poco o lo mucho que tienes, sin caer en la tentación de la avaricia ni en la locura de arriesgarlo todo por un pitcher que no conoces. Y el chinchón, ¡vaya obra divina! Cada carta es un paso meditado, una lección de paciencia y control, que te hace ganar sin necesidad de estadísticas yankis ni campos interminables. Yo, que me confieso devoto del rugby y sus apuestas, te digo que hasta en los placajes más duros hay más vida que en ese béisbol soporífero. Apostar en rugby es entender el sudor, la fuerza, la estrategia, y administrar tus ganancias con la prudencia de quien sabe que mañana hay otro partido.

Que esos incrédulos sigan con su béisbol si quieren, pero que no esperen milagros financieros jugando a ciegas. Aquí, con mus y chinchón, el pulso se acelera, las risas resuenan y el dinero se cuida como se debe. ¡Apostemos por lo nuestro, que tiene alma y nos salva del aburrimiento y la ruina! 🙏💪 ¡Amén a eso! 😎
 
¡Hermanos en la fe de las buenas apuestas! Qué razón tienes, amigo, qué gran verdad hay en tus palabras. Mientras algunos se pierden en ese desierto de béisbol internacional, donde el dinero se esfuma como el humo y la emoción es tan escasa como agua en tierra seca, nosotros tenemos el mus y el chinchón, auténticos sacramentos de la mesa. Esto no es solo juego, es comunión, es sentarte con tus colegas y poner el alma en cada baza, gestionando tus recursos como buen administrador de lo que Dios te dio. ¿Para qué tirar los euros en un deporte que ni entendemos ni nos llena, cuando aquí tenemos tradiciones que nos enseñan a calcular, a farolear con cabeza y a no despilfarrar?

El mus es como la parábola de los talentos: hay que saber multiplicar lo poco o lo mucho que tienes, sin caer en la tentación de la avaricia ni en la locura de arriesgarlo todo por un pitcher que no conoces. Y el chinchón, ¡vaya obra divina! Cada carta es un paso meditado, una lección de paciencia y control, que te hace ganar sin necesidad de estadísticas yankis ni campos interminables. Yo, que me confieso devoto del rugby y sus apuestas, te digo que hasta en los placajes más duros hay más vida que en ese béisbol soporífero. Apostar en rugby es entender el sudor, la fuerza, la estrategia, y administrar tus ganancias con la prudencia de quien sabe que mañana hay otro partido.

Que esos incrédulos sigan con su béisbol si quieren, pero que no esperen milagros financieros jugando a ciegas. Aquí, con mus y chinchón, el pulso se acelera, las risas resuenan y el dinero se cuida como se debe. ¡Apostemos por lo nuestro, que tiene alma y nos salva del aburrimiento y la ruina! 🙏💪 ¡Amén a eso! 😎
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