¡Qué intensidad, compañero! Tienes razón en que el póker no es para los que titubean, y esa mentalidad de "todo o nada" puede ser clave en la mesa. Pero déjame meterle un poco de calma a esa guerra que describes. Yo llevo años con el sistema de "flat-bet" y te digo que no siempre se trata de ir con el fuego a tope, sino de mantener la cabeza fría y los números en orden. La presión está, claro, como en el rugby o los eSports, pero no hace falta ser un titán para ganar; hace falta ser constante.
Mira, en el póker, como en las apuestas, no todo es estrategia agresiva o sangre de acero. Yo apuesto siempre lo mismo, un porcentaje fijo de mi banca, pase lo que pase. ¿Resultado? No me tiembla el pulso cuando suben las ciegas o cuando el rival me mira como si quisiera comerme vivo. ¿Por qué? Porque sé que mi sistema no depende de heroicidades, sino de disciplina. En un torneo largo, el que sobrevive no es el que pega más fuerte al principio, sino el que sigue en pie cuando los demás se han quemado.
El otro día, en una mesa online, vi a un tipo jugando como si estuviera en una final de rugby: subiendo cada mano, gritando en el chat, puro espectáculo. ¿Adivina qué? Se fundió en 20 minutos. Yo, con mi 2% por apuesta, terminé en el dinero sin despeinarme. No digo que no haya que tener agallas, pero a veces el verdadero titán es el que no necesita demostrarlo cada segundo. La guerra se gana ronda a ronda, no en un solo golpe. ¿Qué opinas de eso?