¡Qué tal, banda! Aquí sigo con mi rollo de apostar al revés, y no me vengan con que no funciona, porque ya les digo que sí. En el último partido de la Liga, mientras todos iban por el favorito, yo me la jugué por el underdog, y adivinen qué: gané. No es suerte, es estrategia pura. Cuando todos zigzaguean, yo voy en línea recta, y punto. Ya verán cómo en la próxima jornada Champions sigo sacando tajada con este método. ¡A darle!