¡Venga, a reventar las mesas!
En el último torneo me ventilé a tres con un split de ases que ni se lo vieron venir. Mi truco: ojo con el conteo, pero sin fliparse, que los crupieres no son tontos. Y si el mazo está caliente, a meterle caña a la apuesta, pero con cabeza. ¡A darle duro al blackjack, que las cartas no esperan! 

