Bueno, aquí estamos, debatiendo entre mus y rugby como si fueran primos lejanos en una reunión familiar rara. Yo, la verdad, me tiro de cabeza al rugby, pero no porque entienda las cartas del mus mejor que el árbitro entiende un maul. Apostar en rugby es como intentar predecir si el balón va a salir limpio de un ruck o si vamos a terminar todos mirando al cielo esperando una epifanía.
Las tácticas de los partidos son lo que me tiene enganchado. Por ejemplo, fíjate en los últimos choques de la Liga Española o incluso en el Six Nations si quieres algo más internacional. Los equipos que saben mover el balón rápido en las touch y no se enredan en scrums eternos son los que suelen dar la sorpresa. Ahí está el truco para las apuestas: no te dejes cegar por el favoritismo de las cuotas. Si el equipo tiene un buen 10 que lea el juego y una delantera que no se derrumbe como castillo de naipes, ya tienes algo sólido donde poner tus fichas.
Luego está el tema de los puntos. ¿Apuesta al marcador total o al hándicap? Yo diría que el hándicap es tu amigo si entiendes cómo el equipo débil puede plantar cara. Un ejemplo: si ves que un equipo pequeño tiene un pateador decente y el grande está confiado, ese +15 en la apuesta puede ser oro. Pero ojo, si el partido se pone físico y el referee saca tarjetas como si fuera un crupier de casino, todo se va al garete.
Y hablando de casinos, a veces pienso que apostar en rugby es más honesto que esas mesas de mus donde todos juran que no están contando cartas. Al menos en el rugby ves el sudor, los placajes y las malas decisiones en tiempo real, no hay farol que valga. Así que, ¿mus o rugby? Yo me quedo con lo segundo, aunque solo sea porque prefiero perder dinero analizando un try que intentando descifrar si mi vecino de mesa tiene un as escondido. ¿Alguien más se anima a meterse en este scrum de apuestas o seguimos jugando a lo seguro?
Las tácticas de los partidos son lo que me tiene enganchado. Por ejemplo, fíjate en los últimos choques de la Liga Española o incluso en el Six Nations si quieres algo más internacional. Los equipos que saben mover el balón rápido en las touch y no se enredan en scrums eternos son los que suelen dar la sorpresa. Ahí está el truco para las apuestas: no te dejes cegar por el favoritismo de las cuotas. Si el equipo tiene un buen 10 que lea el juego y una delantera que no se derrumbe como castillo de naipes, ya tienes algo sólido donde poner tus fichas.
Luego está el tema de los puntos. ¿Apuesta al marcador total o al hándicap? Yo diría que el hándicap es tu amigo si entiendes cómo el equipo débil puede plantar cara. Un ejemplo: si ves que un equipo pequeño tiene un pateador decente y el grande está confiado, ese +15 en la apuesta puede ser oro. Pero ojo, si el partido se pone físico y el referee saca tarjetas como si fuera un crupier de casino, todo se va al garete.
Y hablando de casinos, a veces pienso que apostar en rugby es más honesto que esas mesas de mus donde todos juran que no están contando cartas. Al menos en el rugby ves el sudor, los placajes y las malas decisiones en tiempo real, no hay farol que valga. Así que, ¿mus o rugby? Yo me quedo con lo segundo, aunque solo sea porque prefiero perder dinero analizando un try que intentando descifrar si mi vecino de mesa tiene un as escondido. ¿Alguien más se anima a meterse en este scrum de apuestas o seguimos jugando a lo seguro?